Este servicio, lamentablemente cada vez está más en desuso, ya que lo que tratamos aquí son relojes que muchas veces han estado abandonados en casas o en en un rincón, hasta que alguien los ha rescatado con la intención de volverlos a poner en marcha, y muchas veces los relojes superan ampliamente los 60 años de antigüedad pudiendo llegar a los 100 años.
En la relojería “gruesa” que así lo llaman, la reparación consta de varias partes, por un lado, tenemos el mecanismo del propio reloj que hay que repasar, engrasar y cambiar algunos elementos, que como ya hemos comentado antes, cada vez cuesta más encontrar piezas de recambio, pudiendo llegar incluso a tener que fabricar alguna pieza manualmente.
También nos encontramos con que parte del trabajo consiste en la reparación o restauración del mueble, bisagras o componentes metálicos que hay que pulir y/o restaurar. Lo más común en una reparación es hacer que las cadenas o pesas doradas, vuelvan a lucir como el primer día. Es una de las cosas que el cliente más agradece, ya que impacta mucho el resultado final en comparación a como habían llegado a nuestras manos. Otra cosa es una restauración del mueble, pero esto ya no es tan común, aunque se puede hacer por parte de expertos en mueble antiguo previamente acordando precio/trabajo.
Si el reloj es muy voluminoso, también ofrecemos el servicio de recogerlo, cuando la faena este terminada, la puesta en macha se podría realizar en la casa del cliente. Todas las revisiones tienen garantía de 6 meses. En el caso de que estos relojes tengan máquina de cuarzo o pilas, también se efectúan reparaciones, pues esto es más común últimamente, ya que actualmente se usan más estos tipos de movimientos ya que son más económicos… pero no tan duraderos como los mecánicos.